"En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles. Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan. Y viendo que esto había agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro. Eran entonces los días de los panes sin levadura.Y habiéndole tomado preso, le puso en la cárcel, entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen; y se proponía sacarle al pueblo después de la pascua. Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él...." Hechos 12:1-5.
La iglesia de Cristo fue probada en su fe desde los inicios, el mensaje puro y nuevo del evangelio, no caía en gracia a quienes se habían acostumbrado a vivir una religión a su conveniencia; los Judíos se habían acomodado a aparentar querer seguir la ley de Moisés; pero en la practica sólo hacían lo que les convenía a sus propios intereses personales y egoístas. Utilizaban la religión para aparentar ser piadosos; pero su corazón estaba muy lejos de Dios. El cristianismo en cambio enseñaba a amar al prójimo como a uno mismo, a vivir como Jesús quién nunca utilizó la violencia como forma de resolver los conflictos del ser humano. Jesús enseñó a amar a nuestros enemigos, a hacer bien a los que nos dañan, a perdonar a los que nos ofenden, etc. En Hechos 12, la biblia nos narra que el apóstol Pedro fue encarcelado por su fe en Cristo Jesús; fue llevado a la cárcel por los soldados romanos; pero Dios estaba con él, de tal manera que ni las cadenas, ni las rejas, ni la custodia de los soldados, fue capaz de retenerlo en la cárcel. La iglesia no se organizó para atacar la cárcel y liberarlo, no consiguió cuchillos, ni espadas, ni lanzas, ni escudos, ni ninguna otra arma para que el apóstol Pedro fuera liberado, ellos utilizaron un arma más poderosa: ellos se reunieron para orarle a Dios por la vida del apóstol Pedro. En respuesta a su fe, Dios liberó al apóstol Pedro de la cárcel y permitió que todos se reunieran muy felices y contentos de saber que su lucha era correcta, y que Cristo les acompañaba siempre, conforme a su promesa... Esa fue su respuesta frente a la maldad, frente a la violencia, frente a la persecución que contra ellos se desataba... y Dios la aprobó...
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