"Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que
teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias
concupiscencias,y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio...."2a. de Timoteo 4:1-5.
Cuando el apóstol Pablo le escribe al joven Timoteo y le dice que haga bien su trabajo, y que tenga mucho cuidado de la doctrina y de los falsos maestros; no sólo le está dando unas indicaciones, sino que es una advertencia para que cuide de si mismo y de la iglesia, porque como creyentes estamos en guerra contra el imperio del mal de Satanás y de su obra destructiva. No nos podemos dormir, ni descuidar porque Satanás no descansa, ya que sabe que tiene muy poco tiempo y se quiere llevar a la mayor cantidad de personas con él, incluyendo a los creyentes. La advertencia del apóstol Pablo es que Timoteo debe de predicar con toda paciencia y doctrina porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo mucha curiosidad buscarán ir tras de predicadores, que vendrán trayendo doctrinas contrarias a la voluntad de Dios; pero disfrazadas como "métodos renovadores y revolucionarios" para la iglesia. Tratando de introducir métodos humanos de marketing, y de control de sociedades para que la iglesia según ellos crezca y se expanda como nunca lo ha hecho. Hay que tener mucho cuidado con esos métodos humanos de evangelismo y crecimiento, pues cuando Cristo comisionó a sus discípulos, Él en una forma llana, clara, entendible y sencilla, les mostró como va a crecer la iglesia, sin necesidad de marketing, o métodos de control religioso, Jesús les dijo: " Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado."Marcos 16:15-16. Acaso no es entendible esto?
No necesitamos métodos humanos de marketing para aplicarlos al evangelismo, ni necesitamos métodos humanos para control de las personas como el famoso "discipulado piramidal"; pues todos los creyentes somos llamados a predicar, y todos los creyentes somos llamados a ser discípulos de Cristo; lo demás es invensión humana, y no sólo es un invento carente de valor, sino que hace ver como que a Cristo le hizo falta ingenio y que por ello se quedó corto en su forma de concebir la predicación del evangelio. La iglesia crece conforme es la voluntad de Dios, si nosotros la queremos hacer crecer poniendo métodos humanos sólo obtendremos grupos religiosos grandes, fuertes, y poderosos economicamente hablando; pero no tendremos a la iglesia de Cristo. El apóstol Pablo lo entendía muy bien, pues él mismo dice: " Yo sembré, Apolos regó; pero EL CRECIMIENTO LO DA DIOS" 1a. de Corintios 3:6. Nuestro deber es únicamente predicar, el crecimiento de la iglesia es el resultado de que el hombre conozca de la voluntad de Dios y la obedezca, así de sencillo es el plan de salvación de Dios.
" Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa
de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de
mi parte. Cuando yo dijere al impío:
De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el
impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá
por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y
de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu
alma. Si el justo se apartare de su
justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él
morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus
justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre
demandaré de tu mano. Pero si al justo
amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque
fue amonestado; y tú habrás librado tu alma...." Ezequiel 3: 17-21.
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