"La verdad brotará de la tierra, y la justicia mirará desde los cielos....." Salmos 85:11.
El mundo está lleno de injusticia, en todos los países, en todos los continentes, hay un clamor por justicia, en lo laboral, en lo económico, en lo político, en las leyes, en los derechos humanos, es decir, en todos los aspectos de la sociedad en general. Es muy sensato pensar que si se está demandando justicia , es porque no la hay, o la que hay no es suficiente. Pero esto no es propio de un pueblo, es un mal de toda la humanidad. La injusticia comenzó cuando el hombre pecó contra Dios. Y seguirá por siempre hasta que el hombre restablezca su buena relación con Dios. Es por eso que ningún gobierno, por muy bueno que sea podrá solucionar el problema de la injusticia. Los primeros colonos que llegaron a América, vieron este territorio como una nueva oportunidad de crear un mundo justo; pero lo primero que hicieron fue injusto: adueñarse de tierras, de riqueza y de forma de vida que no les pertenecía. Ellos fueron injustos al ir quitándoles sus tierras a los nativos, y la historia está llena de muchas injusticias que les hicieron. No basta con querer construir un mundo justo, pues nuestra naturaleza es mala desde la juventud. Lo que me favorece a mí, y a mi familia, posiblemente perjudique a otros, y a otras familias. Esto es injusticia. Mi buen nivel de vida puede estar basado en una injusta distribución de oportunidades y de riqueza. Puede crearse un mundo justo? aunque parezca utópico, o irrealizable, Dios tenía un sueño, el de crear un mundo justo en medio de tanta maldad. Un paraíso, un Edén, una comunidad en donde hubiera amor, respeto, solidaridad y tolerancia. A esta comunidad Jesús le llamó su iglesia, que es una comunidad compuesta por personas de muchas razas, de muchos países, de muchos idiomas etc; pero unidos bajo las enseñanzas de Jesús. A veces nos cuesta entender nuestra aportación a este reino, porque el mundo injusto en que vivimos nos llena de ideas contrarias a la voluntad de Dios, y a veces hasta en nombre de Dios odiamos, discriminamos y hacemos maldad; pero cuando entendemos la voluntad de Dios, entonces nos damos cuenta de nuestro papel acá en la tierra, y vemos una maravillosa oportunidad de hacer cercano el reino de Dios a este mundo tan lleno de maldad y de injusticia; venimos, pues, a ser un bálsamo para este mundo herido, venimos a ser un alivio para los que padecen, venimos a ser una esperanza para este mundo caído.....Como creyentes tenemos un gran reto, porque si la sal pierde su sabor, de que sirve?
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