"Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa
en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén..." Efesios 3:19-21.
Dios tiene mucha obra que hacer para con el mundo; sus planes pasan por querer que ninguna persona se pierda, sino que todas las personas procedan al arrepentimiento 2a. de Pedro 3:9. Salvar al mundo no es tarea fácil, tiene que ver mucho con informar del plan de salvación de Dios; pero no solamente informar sino explicarle a las personas porqué obedecer a Dios es una buena decisión, que no sólo tiene que ver con este mundo, sino con el más allá. Entre tanto mensaje falseado, lleno de contradiciones que inventan los hombres y las religiones, el evangelio de Dios surge triunfante llevando al hombre a la obediencia a los planes de Dios. Satanás se ha propuesto que las personas no conozcan el evangelio, sino que conozcan versiones falseadas ajenas de lo que Dios quiere, esto ha ocasionado que en el mundo existan más de 5000 iglesias de diferente credo, contradiciendose unas a otras, todas diciendo que son la iglesia verdadera. Pero Dios se mantiene fiel a su principio de salvar al hombre, y para esto ha puesto a su iglesia para que ella predique esas buenas nuevas de salvación. En nosotros, la iglesia, él ha depositado este maravilloso mensaje, y Dios sabe que su iglesia no le defraudará. Salvar al mundo no es fácil; pero Dios lo sabe y por ello, la biblia dice que la obra de Dios en nosotros es mucho más abundante de lo que pedimos o entendemos. La biblia también dice que el poder de Dios "actúa en nosotros"; es decir es Dios obrando en nosotros. Así se harán obras maravillosas en este mundo, porque Dios está trabajando en su pueblo. Por eso, la próxima vez que pensemos en un proyecto para evangelizar o predicar el evangelio, recordemos que no somos nosotros los que vamos a predicar, sino Dios en nosotros...amén.
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