"Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios...." 1a. de Corintios 6: 20.
En el tiempo del primer siglo, el imperio Romano, había conquistado a casi todo el mundo conocido de su época. Eran innumerables las caravanas de personas que llegaban a Roma en calidad de esclavos; pues, habían sido vencidos en los fragores de la batalla. Estos eran vendidos al mejor postor, en una subasta pública, en donde eran comprados por los nobles que tenían poder adquisitivo. Pero, que cualidades se tomaban en cuenta a la hora de comprar un esclavo? algunas cosas importantes eran: la salud física, la constitución corporal, la belleza física, las habilidades de combate etc. todo dependía del objetivo para el cual habían sido comprados.
Ahora, Pablo utiliza esta figura de la esclavitud para enseñarnos que nosotros, cual esclavos hemos sido comprados en cuerpo y espíritu, por Nuestro Señor; Él pagó por cada uno de nosotros, y el precio establecido no fueron monedas de oro o plata; sino la sangre preciosa de Cristo Jesús. 1a. de Pedro 1: 18-20. Esto nos hace personas dependientes aún en nuestras decisiones de otra, en este caso de quién nos compró, es decir, Cristo Jesús, por lo que nosotros como creyentes en Él , no podemos decir: "es mi vida y hago lo que quiera de ella..." pues, ahora le pertenecemos en cuerpo y alma a Él....
La ventaja de ser esclavos de Cristo, es que Él nos recibe en su casa ( la iglesia), sacándonos de las calles (el mundo), dándonos techo, abrigo, alimentación, un nombre y una identidad. Ahora ya no somos desconocidos, ya no estamos desamparados, ahora ya alguien responde por nosotros, y nos cuida para llevarnos a las mansiones celestiales......
No hay comentarios:
Publicar un comentario