"Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y
Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de
mirar a Dios...."Exodo 3:6.
La biblia cuando habla de Dios y su relación con el ser humano, lo hace en términos de convivencia personal; de una amistad muy cercana, y de una relación muy fuerte. Ya que así es Dios con sus hijos, camina con ellos, los cuida, los acompaña y los conduce por las sendas del bien. Para Dios nosotros no somos sólo un número, sino que El propició nuestra creación para su gloria, ya que El tiene un propósito muy bien definido al crearnos a nosotros. Por ejemplo, al profeta Jeremías le fue dicho de la siguiente manera: "Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones...." Jeremías 1: 4. Jeremías no fue un accidente, ni vino a este mundo por equivocación, sino que Dios lo trajo con un propósito, que en este caso era la de ser profeta. Así mismo pasa con nosotros, ese mismo Dios Jehová, que acompañó a Abraham, a Isaac, y a Jacob, nos acepta como sus hijos y como sus amigos, para que gocemos de su amistad...estamos dispuestos a disfrutar de su amistad? o preferimos la amistad que nos ofrece el mundo? de nosotros depende el elegir a nuestro amigo, el mundo o Dios; pero no podemos elegir a ambos, ya que ¿No sabéis que la amistad del
mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo
del mundo, se constituye enemigo de Dios.¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?...Santiago 4:4-5.
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