"Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la
gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por
ella muchos sean contaminados; no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue
desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la
procuró con lágrimas....." Hebreos 12:15-17.
Así es la exhortación que el Espíritu Santo le da a los hermanos Hebreos; animándolos a recapacitar acerca de las cosas espirituales, y de cómo deben de valorarse las bendiciones dadas por Dios. Es que ser creyente no es un juego que debe de tomarse a la ligera, no es algo que se puede llevar sin involucrarse a un cien por ciento. Las cosas de Dios son valiosas, todo lo que nos da tiene un precio, la salvación vale la preciosa sangre de Cristo Jesús, el estar en su iglesia no es algo circunstancial, pasa por años de preparación y realización de los planes de Dios.-
Dios demanda de nosotros fidelidad y no nos dará segundas oportunidades si le fallamos, pues según las escrituras no habrá lugar a medias tintas: "Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el
conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados,sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios... así es Dios de severo y serio cuando de sus cosas se trata...hoy somos cristianos, y esa oportunidad debemos aprovecharla, porque si fallamos puede ser que luego nos arrepintamos, y sea demasiado tarde....
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