"Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte...." 2a. de Corintios 12:9-10.
Recibe más el recipiente que está más vacío. En las manos de Dios nuestros problemas, nuestras tragedias, y nuestros fracasos, se vuelven oportunidades de crecimiento y fortaleza; pues Dios trabaja a gusto en aquel corazón que depende totalmente de Él. Dios es especialista en armar corazones rotos, en rescatar casos desahuciados, en hacer vidas exitosas a partir de la nada. La iglesia es el resultado de esta obra de Cristo, pues uno de sus propósitos tal como Él lo dijo fue:-
El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor. Lucas 4:18-19.
Cuando nosotros somos débiles, acudimos al Señor, y ahí es donde Él comienza a trabajar en nuestras vidas, nuestra debilidad es entonces, la luz verde para que Cristo intervenga haciendo lo mejor que puede hacer que es rescatar al hombre caído. Confiemos en Jesús, acudamos a Él, y Él resolverá nuestras tribulaciones por muy grandes que estas parezcan.-
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