"¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?. Codiciáis, y no tenéis; matáis, y ardéis de envidia; y no podéis alcanzar; combatis, y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. pedís, y no recibís; porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. ¡Oh, almas adúlteras¡, ¿no sabéis que la amistad del mundo, es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios......" Santiago 4: 1-4.
Desde que Caín experimentó la sensación de quitarle la vida a su hermano, y de sentir el poder de expresar su odio contra su propia sangre, la historia de la humanidad ha estado llena de guerras; diferentes en tiempo, en espacio, en tecnología, en métodos, en circunstancias etc. Sin embargo el fin es el mismo: derramar la sangre del hermano, y quitarle lo que él tiene...
El libro de Santiago se ha considerado el libro de la justicia de Dios, pues en ese libro, Santiago enseña cómo debemos vivir el cristianismo tanto para con Dios, cómo también para con nuestro prójimo; y en forma práctica condena la parcialidad (la acepción de personas); la difamación; las guerras; la avaricia de los patrones para con sus empleados; etc.
Santiago explica el origen de todas las guerras: la amistad con el mundo, y por ende la enemistad con Dios. Llevando esto a nuestros tiempos, significa que ningún cristiano puede participar en ninguna guerra, pues esto lo pone en enemistad contra Dios, no podemos ser cristianos, si vamos por el mundo asesinando a nuestro prójimo, destruyéndoles sus casas, asesinado a sus hijos, hiriendo a sus familiares, causándoles dolor, sufrimiento, penas, etc.
Algunas personas religiosas justifican participar en las guerras, diciendo que hay que obedecer a los gobernantes, que hay que someternos a las autoridades y por eso obedecen cuando los alistan para el ejército; sin embargo en la biblia, tenemos un caso muy particular en donde a los discípulos se les ordenó por parte de las autoridades a no predicar más el evangelio de Cristo, a lo que ellos respondieron:-juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios..."-Hechos 4: 18-20.
Cristo nos manda amar a nuestros enemigos, y a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos; enseñanza totalmente contraria a lo que practicaban los Judíos de su época, quienes decían: ojo por ojo y diente por diente.... no importa si accionamos un gatillo para matar a nuestro prójimo, o si apretamos un botón a miles de pies arriba de sus cabezas, o si manejamos a control remoto un depredator y lanzamos bombas sobre ellos....al final es lo mismo que hizo Caín con Abel....arrebatarle la vida que Dios le había regalado....
Puede ser que hoy en día a nosotros nos galardonen por participar en guerras, nos den medallas, y nos tengan por héroes; sin embargo algún día estaremos ante el trono de Dios; y ahí todos esos premios humanos no tendrán validez....sino que seremos juzgados por el dador de la vida, por aquel que puso su vida para que nosotros viviéramos, aquel que dijo: " ESTE ES MI MANDAMIENTO: QUE OS AMÉIS UNOS A OTROS, COMO YO OS HE AMADO...." Juan 15: 12.-
Desde que Caín experimentó la sensación de quitarle la vida a su hermano, y de sentir el poder de expresar su odio contra su propia sangre, la historia de la humanidad ha estado llena de guerras; diferentes en tiempo, en espacio, en tecnología, en métodos, en circunstancias etc. Sin embargo el fin es el mismo: derramar la sangre del hermano, y quitarle lo que él tiene...
El libro de Santiago se ha considerado el libro de la justicia de Dios, pues en ese libro, Santiago enseña cómo debemos vivir el cristianismo tanto para con Dios, cómo también para con nuestro prójimo; y en forma práctica condena la parcialidad (la acepción de personas); la difamación; las guerras; la avaricia de los patrones para con sus empleados; etc.
Santiago explica el origen de todas las guerras: la amistad con el mundo, y por ende la enemistad con Dios. Llevando esto a nuestros tiempos, significa que ningún cristiano puede participar en ninguna guerra, pues esto lo pone en enemistad contra Dios, no podemos ser cristianos, si vamos por el mundo asesinando a nuestro prójimo, destruyéndoles sus casas, asesinado a sus hijos, hiriendo a sus familiares, causándoles dolor, sufrimiento, penas, etc.
Algunas personas religiosas justifican participar en las guerras, diciendo que hay que obedecer a los gobernantes, que hay que someternos a las autoridades y por eso obedecen cuando los alistan para el ejército; sin embargo en la biblia, tenemos un caso muy particular en donde a los discípulos se les ordenó por parte de las autoridades a no predicar más el evangelio de Cristo, a lo que ellos respondieron:-juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios..."-Hechos 4: 18-20.
Cristo nos manda amar a nuestros enemigos, y a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos; enseñanza totalmente contraria a lo que practicaban los Judíos de su época, quienes decían: ojo por ojo y diente por diente.... no importa si accionamos un gatillo para matar a nuestro prójimo, o si apretamos un botón a miles de pies arriba de sus cabezas, o si manejamos a control remoto un depredator y lanzamos bombas sobre ellos....al final es lo mismo que hizo Caín con Abel....arrebatarle la vida que Dios le había regalado....
Puede ser que hoy en día a nosotros nos galardonen por participar en guerras, nos den medallas, y nos tengan por héroes; sin embargo algún día estaremos ante el trono de Dios; y ahí todos esos premios humanos no tendrán validez....sino que seremos juzgados por el dador de la vida, por aquel que puso su vida para que nosotros viviéramos, aquel que dijo: " ESTE ES MI MANDAMIENTO: QUE OS AMÉIS UNOS A OTROS, COMO YO OS HE AMADO...." Juan 15: 12.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario