"Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en
medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual
resplandecéis como luminares en el mundo......" Filipenses 2:15.
Vivimos en tiempos difíciles, llenos de violencia, de odio, de intolerancia, de maldad, de hipocresía, de vanidad, de engaño, de desencanto, etc. Sin embargo, es en este mundo en donde nos ha colocado Dios para ser la luz de el. Estratégicamente hablando Dios nos ha puesto en este mundo, con los mil y un peligros que esto representa, para que nosotros seamos la prueba fehaciente que si se sigue a Dios y se le obedece, Él nos salva y nos colma de bendiciones. A veces somos afectados por tanta maldad que hay en el mundo, a veces somos víctimas de asesinatos, rechazos, marginación, robos, estafas, intolerancia, extorsión etc ; pero aún recibiendo todo este daño de parte del mundo, Cristo nos manda a alumbrar, a no dejar de ser luz, pues este es su plan: que nosotros alumbremos este mundo tan lleno de oscuridad. En el primer siglo, ser cristiano significaba ser perseguido por los Judíos fanáticos que querían que se volviese a la ley de Moisés; y ser perseguido por el imperio Romano que veía en la iglesia un peligro para su sistema religioso, político y económico. No era fácil ser creyente en ese tiempo, pues la muerte siempre acompañaba a los convertidos en Cristo Jesús. Pero pese a este ambiente hostil, los hermanos jamás odiaron a sus perseguidores, ni quemaron sus escritos, ni apoyaron guerras contra ellos, sino que al contrario LES PREDICARON EL EVANGELIO para que se convirtiesen en sus hermanos.... este es el corazón del cristianismo: el perdón y la búsqueda del bien de aquel que nos daña. Hoy en día, hay iglesias evangélicas que queman el corán, que apoyan a gobiernos que impulsan la guerra contra países satanizados por no tener un sistema político, económico y social igual. Sin embargo, estas iglesias carecen de la aprobación de Dios, pues sus actos contradicen el espíritu del cristianismo. Ya Pablo decía en la epístola a los hermanos que sufrían persecusión en la ciudad de Roma: "Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis...No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira
de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el
Señor. Así que, si tu enemigo tuviere
hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo
esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.....Romanos 12: 14, 17-21.
Vivimos en un mundo perverso y malo; pero Dios nos ha puesto acá para vivir victoriosos en santidad y en amor para con todos, incluyendo a los que nos hacen mal...........
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