"Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: heme, aquí mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; ¿más donde está el cordero para el holocausto? Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mio. E iban juntos..."Génesis 22: 7-8.
En la crónica donde se narra la historia del sacrificio que Dios le pidió al siervo Abraham, en donde le pide que sacrifique a su propio hijo Isaac; se nos menciona la determinación de Abraham de realizar el sacrificio; y a la vez la certeza de que Dios resolvería la situación de la mejor manera posible para ambos. Esto mismo debemos nosotros sentir cuando nos encontramos en las diferentes situaciones de nuestra vida: tener la determinación de hacer la voluntad de Dios, cueste lo que cueste; y la convicción de que Dios nos permitirá salir con éxito en cualquier situación en la que nos toque a nosotros vivir..... La clave es confiar en Dios, quién jamás permitirá que nosotros fracasemos en la vida cristiana; quienes fracasan es porque sencillamente no se amoldan al plan de Dios. -
Aunque no veamos a nuestro alrededor un cabrito maniatado en algún arbusto, debemos de confiar en que Dios siempre proveerá de todas las condiciones, de todos los recursos, de todas las oportunidades para que hagamos su voluntad. Recordemos que Dios siempre nos enseñará el camino, siempre nos guiará en días soleados, como en la más densa oscuridad; recordemos por ejemplo cuando los Israelitas salieron de la tierra de Egipto, por la noche les alumbraba una columna de fuego y por el día una nube que les ocultaba del sol abrasador. Así es Dios con nosotros, Él siempre nos protegerá y nos cuidará mientras andemos en este valle de oscuridad. A veces talvés, podemos dudar de lo que Dios requiere de nosotros, y talvés pensemos que Dios nos pide demasiado; pero nunca Dios pedirá demasiado, pues Él siempre nos pedirá lo que humanamente podemos hacer. En la biblia hay muchos ejemplos de hombres y mujeres de fe, cuya determinación de hacer la voluntad de Dios, los inspiró a vivir su fe, en las situaciones más adversas posibles, sin flaquear, ni desmayar porque esperaban una patria mejor, es decir una patria celestial. Vivimos nosotros hoy en día con esa intensidad nuestro evangelio? ¿buscamos fervientemente esa patria celestial?¿confiamos en que Dios va a proveer en nuestra vida?
En la crónica donde se narra la historia del sacrificio que Dios le pidió al siervo Abraham, en donde le pide que sacrifique a su propio hijo Isaac; se nos menciona la determinación de Abraham de realizar el sacrificio; y a la vez la certeza de que Dios resolvería la situación de la mejor manera posible para ambos. Esto mismo debemos nosotros sentir cuando nos encontramos en las diferentes situaciones de nuestra vida: tener la determinación de hacer la voluntad de Dios, cueste lo que cueste; y la convicción de que Dios nos permitirá salir con éxito en cualquier situación en la que nos toque a nosotros vivir..... La clave es confiar en Dios, quién jamás permitirá que nosotros fracasemos en la vida cristiana; quienes fracasan es porque sencillamente no se amoldan al plan de Dios. -
Aunque no veamos a nuestro alrededor un cabrito maniatado en algún arbusto, debemos de confiar en que Dios siempre proveerá de todas las condiciones, de todos los recursos, de todas las oportunidades para que hagamos su voluntad. Recordemos que Dios siempre nos enseñará el camino, siempre nos guiará en días soleados, como en la más densa oscuridad; recordemos por ejemplo cuando los Israelitas salieron de la tierra de Egipto, por la noche les alumbraba una columna de fuego y por el día una nube que les ocultaba del sol abrasador. Así es Dios con nosotros, Él siempre nos protegerá y nos cuidará mientras andemos en este valle de oscuridad. A veces talvés, podemos dudar de lo que Dios requiere de nosotros, y talvés pensemos que Dios nos pide demasiado; pero nunca Dios pedirá demasiado, pues Él siempre nos pedirá lo que humanamente podemos hacer. En la biblia hay muchos ejemplos de hombres y mujeres de fe, cuya determinación de hacer la voluntad de Dios, los inspiró a vivir su fe, en las situaciones más adversas posibles, sin flaquear, ni desmayar porque esperaban una patria mejor, es decir una patria celestial. Vivimos nosotros hoy en día con esa intensidad nuestro evangelio? ¿buscamos fervientemente esa patria celestial?¿confiamos en que Dios va a proveer en nuestra vida?
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