"Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, porque diezmais la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo mas importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. Guias ciegos que coláis el mosquito, y tragáis el camello. Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, porque limpias lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo e injusticia. Fariseo ciego, limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de afuera sea limpio. Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia............" Mateo 23: 23-27.
Nosotros los seres humanos premiamos lo externo, y juzgamos según las apariencias, porque nuestra capacidad limitada de ver las cosas, nos da una visión muy torpe de la realidad. Dios en cambio, ve lo interno del corazón, ve las cosas mas intimas, y ve la intención de lo que hacemos. Estas cualidades le permiten juzgar justamente, conforme a la verdad y su visión es amplia y acertada. En el mundo religioso de hoy en día, abundan muchas religiones y personas, que curiosamente hacen lo mismo que los fariseos de la época de Jesús: se visten en una forma diferente, hablan en forma diferente, y se creen diferentes, todo con el propósito de aparentar piedad y aceptacion ante los ojos de Dios. Sin embargo, la iglesia de Cristo esta constituida por personas que viven el evangelio, que lo practican y lo enseñan; personas a las que la vestimenta y la apariencia no les importa, sino la rectitud del corazón ante Dios. Porque nuestra misión es agradar a Dios, y no a los hombres; esta búsqueda de sumisión y obediencia a Dios, nos lleva a buscar ante todo a quedar en bien con Dios y no con los hombres, por esa razón, a veces el mundo religioso que nos rodea critica nuestra forma de vestir, porque la vestimenta para nosotros solo tiene la importancia de protegernos de las inclemencias del ambiente; NO LA USAMOS PARA APARENTAR RELIGIOSIDAD, sino que nuestro fin ultimo es la justicia, la misericordia y la fe.
Las clases en la iglesia del Señor van encaminadas a vivir para Cristo, imitando su forma de actuar, de pensar, de hablar y de sentir; Cristo es nuestro ejemplo en todo, y cada día nos esforzamos en parecernos a El, esa es nuestra meta, y nuestro corazón se entrena, con mucha disciplina para dejar el pecado, las opiniones humanas, los estereotipos, y la falsa religiosidad de las apariencias.-
En el día final vamos a ser juzgados, no por lo que aparentamos ser en este mundo, sino por lo que fuimos verdaderamente hablando; porque ante los ojos de Dios todo queda descubierto...amen
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