"Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, habiendo yo antes sido blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. Pero la gracia de Nuestro Señor fue mas abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús....." 1a. de Timoteo 1: 12-13.-
Cuando nosotros venimos a Cristo, traemos consigo una carga pesada llamada pecado, traemos un muerto a cuestas, un cadáver a nuestras espaldas, que nos hacer ser repudiables ante Dios. Nuestra vida , entonces, es un ir y venir; de maldad en maldad y a dondequiera que vallamos, vamos dejando una estela de daño, dolor y malignidad . Dios nos perdona de todas nuestras iniquidades, y nos limpia a través de la sangre de Cristo Jesús, derramada bondadosamente en la cruz del calvario. Pero los sentimientos de culpa y el recuerdo del daño ocasionado, a nosotros mismos y a nuestro prójimo, (amigos, compañeros, familia, vecinos etc.) no los olvidamos facilmente. Pablo, el apóstol, era una prueba de ello; el no puede olvidar su pasado y los recuerdos de su vida pasada lo atormentan, aun cuando sabe que ha sido perdonado y aceptado, ante Dios. El mismo afirma que toda su vida pasada, lo hizo en incredulidad, y sabe perfectamente que no puede cambiar su pasado, no tiene una maquina del tiempo, que le permita viajar y enmendar todo el daño que ocasiono a la iglesia del Señor..... por eso: bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni en silla de escarnecedores se ha sentado, sino que n la ley de Jehová medita de día y de noche........ bienaventurados los que a temprana edad han conocido el evangelio y han venido a ser amigos de Cristo en su juventud....
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