"Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son
comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse...." Romanos 8: 18.
La vida cristiana está llena de muchas contradiciones, por un lado se tienen las bendiciones espirituales que Dios nos regala solo por el hecho de ser sus hijos y de recibir por fe la salvación y la santidad. Y también, a la vez, tenemos una persecución por parte del maligno para robarnos esas bendiciones, dándonos a cambio tristeza, tribulaciones, soledad, y desesperanza. No es fácil vivir piadosamente en este mundo que marcha al ritmo del pecado y de la maldad, de hecho es un gran reto tal como lo declaraba el apóstol Pablo, cuando aconsejaba al joven Timoteo diciéndole: -Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; 2a de Timoteo 3:12.Mientras estemos en este mundo las cosas no siempre nos saldrán como nosotros idealmente quisiéramos; pero la confianza que debemos tener en Dios es que todo lo que podamos soportar y padecer en esta vida, no será nada en comparación con la gloria que vendrá después de esto. Ni las tragedias, ni las enfermedades, ni la maldad, ni los pesares, ni las muertes, ni las violaciones a los derechos humanos, ni el desempleo, ni la pobreza, ni la inmigración forzada, ni los cambios políticos y económicos, ni nada será tan grande como el hecho de estar en la presencia del Señor como una muchedumbre vestida de blanco con palmas en las manos alabando al señor por la eternidad...ahí no habrá muerte, ni dolor , ni clamor, ni enfermedades, la tumba ya no tendrá poder, ni el cáncer, ni el hambre, ni la marginacón, ni el racismo, etc todo será nuevo con nuevas leyes, y una nueva forma de vivir... ahí nos espera el Señor...
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