Los
límites de la comunión
"Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones...." Hechos 2:42.
La “Confraternidad” cuando es entendida en su
sentido bíblico, es una palabra llena de belleza y gloria. Es una palabra que
está repleta de ideas de asociación, armonía, trabajo, amor, bendición y
salvación. Pero estamos viviendo días tristes, días, cuando muchos no entienden
el significado Bíblico verdadero y glorioso de confraternidad y están siendo
arrastrados por ideas que con mucha astucia presentan algunos hombres que están
buscando que la iglesia pierda su identidad.
Hay algunos “lideres modernos” que están haciendo más grande el círculo de la comunión o confraternidad de lo que Dios a determinado. En cuanto a confraternidad, algunos tienen la mentalidad de los días de Jeremías. El Profeta llorón declaro, "así dice Jehová: parados en los caminos y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cual sea el buen camino y andad por él, y hallaréis descanso para vuestras almas. Más dijeron: No andaremos"(Jeremías 6:16). Hoy muchos se niegan a caminar en los caminos antiguos, cuando se trata de la doctrina bíblica de la comunión.
Recordemos que los límites de comunión no la pone el hombre sino Dios, para mantener el privilegio de la comunión con El.
LA PALABRA DE DIOS ES LA BASE DE LA COMUNIÓN
Sólo Dios tiene la autoridad para determinar los límites de la comunión. Hay un Dios en el cielo (Dan 2:28), por lo tanto, debemos reconocer "Conozco, oh Jehová, que el hombre no es Señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos" (Jeremías 10:23). También debemos darnos cuenta que Dios deben dirigir nuestros pasos cuando se trata con quien podemos tener comunión o con quien podemos confraternizar. La comunión de Dios y de su pueblo cruza todos los limites (Gálatas 3:26-28), y sin embargo tiene sus limitaciones. El salmista se dio cuenta de esto y dijo: "compañero soy de todos los que te temen, y guardan tus mandamientos" (Salmo 119:63) hay una conexión clara entre el temor a Dios, caminar en la verdad y mantener la comunión con Dios
Llamados a la comunión
Estamos "llamados a la comunión" (1 Corintios 1:9), estamos "llamados" a través del Evangelio (2 Tes. 2:14), y debemos tener comunión en el Evangelio (Fil 1:5); es la doctrina del Evangelio lo que debemos seguir. Esta es la razón porque Jesús dijo, "Si vosotros permaneciereis en mi palabra, entonces seréis verdaderamente mis discípulos Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres"(Jn 8:31-32). Debemos respetar la palabra de Dios para tener comunión con el, tenemos que conocer y seguir la verdad del evangelio para tener comunión con él.
El Nuevo Testamento enseña muy claramente que podemos conocer y obedecer a la verdad. Juan dice "Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos que andan en la verdad, conforme el mandamiento que recibimos del padre" (2ª Juan 4). "Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto te salvaras a ti mismo y a los que te oyeren "(1ªTim. 4:16). Hermanos, no se nos manda a hacer algo que es imposible!
La palabra de Dios es la única manera de tener comunión con Dios y entre nosotros. La comunión como Dios quiere no viene a través de credos, ideas e innovaciones de los hombres. El apóstol Pablo escribió, "ahora os ruego, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa y que no halla divisiones entre vosotros; sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer"(1 Corintios 1:10)
La Semilla de Palabra de Dios produce según su especie.
Jesús dijo, "la semilla es la palabra de Dios" (Lc 8:11). Cuando existe desunión, uno sabe que se han plantado las semillas del hombre; al igual que en el Reino natural, la palabra de Cristo produce "según su especie" – simple cristianos del Nuevo Testamento. Pero hay algunos que no soportan la sana doctrina (2 Timoteo 4:2-3), pero en lugar siembran la semilla de innovaciones, semillas de egoísmo y de discordia y esto perturba la comunión entre los cristianos. Nuestro Salvador dijo: estas personas se acercan a mí con su boca y me honra con sus labios; pero su corazón está lejos de mí. Pero en vano me honran, enseñando como doctrina mandamientos de hombres...(Mat 15:8-9, 13). Amados, solamente la palabra de Dios es la única base para que tengamos confraternidad entre nosotros. “Si alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis ¡bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa de sus malas obras.(1ª Juan 10-11)
Por Rigoberto Arguera
Hay algunos “lideres modernos” que están haciendo más grande el círculo de la comunión o confraternidad de lo que Dios a determinado. En cuanto a confraternidad, algunos tienen la mentalidad de los días de Jeremías. El Profeta llorón declaro, "así dice Jehová: parados en los caminos y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cual sea el buen camino y andad por él, y hallaréis descanso para vuestras almas. Más dijeron: No andaremos"(Jeremías 6:16). Hoy muchos se niegan a caminar en los caminos antiguos, cuando se trata de la doctrina bíblica de la comunión.
Recordemos que los límites de comunión no la pone el hombre sino Dios, para mantener el privilegio de la comunión con El.
LA PALABRA DE DIOS ES LA BASE DE LA COMUNIÓN
Sólo Dios tiene la autoridad para determinar los límites de la comunión. Hay un Dios en el cielo (Dan 2:28), por lo tanto, debemos reconocer "Conozco, oh Jehová, que el hombre no es Señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos" (Jeremías 10:23). También debemos darnos cuenta que Dios deben dirigir nuestros pasos cuando se trata con quien podemos tener comunión o con quien podemos confraternizar. La comunión de Dios y de su pueblo cruza todos los limites (Gálatas 3:26-28), y sin embargo tiene sus limitaciones. El salmista se dio cuenta de esto y dijo: "compañero soy de todos los que te temen, y guardan tus mandamientos" (Salmo 119:63) hay una conexión clara entre el temor a Dios, caminar en la verdad y mantener la comunión con Dios
Llamados a la comunión
Estamos "llamados a la comunión" (1 Corintios 1:9), estamos "llamados" a través del Evangelio (2 Tes. 2:14), y debemos tener comunión en el Evangelio (Fil 1:5); es la doctrina del Evangelio lo que debemos seguir. Esta es la razón porque Jesús dijo, "Si vosotros permaneciereis en mi palabra, entonces seréis verdaderamente mis discípulos Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres"(Jn 8:31-32). Debemos respetar la palabra de Dios para tener comunión con el, tenemos que conocer y seguir la verdad del evangelio para tener comunión con él.
El Nuevo Testamento enseña muy claramente que podemos conocer y obedecer a la verdad. Juan dice "Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos que andan en la verdad, conforme el mandamiento que recibimos del padre" (2ª Juan 4). "Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto te salvaras a ti mismo y a los que te oyeren "(1ªTim. 4:16). Hermanos, no se nos manda a hacer algo que es imposible!
La palabra de Dios es la única manera de tener comunión con Dios y entre nosotros. La comunión como Dios quiere no viene a través de credos, ideas e innovaciones de los hombres. El apóstol Pablo escribió, "ahora os ruego, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa y que no halla divisiones entre vosotros; sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer"(1 Corintios 1:10)
La Semilla de Palabra de Dios produce según su especie.
Jesús dijo, "la semilla es la palabra de Dios" (Lc 8:11). Cuando existe desunión, uno sabe que se han plantado las semillas del hombre; al igual que en el Reino natural, la palabra de Cristo produce "según su especie" – simple cristianos del Nuevo Testamento. Pero hay algunos que no soportan la sana doctrina (2 Timoteo 4:2-3), pero en lugar siembran la semilla de innovaciones, semillas de egoísmo y de discordia y esto perturba la comunión entre los cristianos. Nuestro Salvador dijo: estas personas se acercan a mí con su boca y me honra con sus labios; pero su corazón está lejos de mí. Pero en vano me honran, enseñando como doctrina mandamientos de hombres...(Mat 15:8-9, 13). Amados, solamente la palabra de Dios es la única base para que tengamos confraternidad entre nosotros. “Si alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis ¡bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa de sus malas obras.(1ª Juan 10-11)
Por Rigoberto Arguera
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