sábado, 7 de septiembre de 2013

CONFIANDO EN DIOS.

"Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová?
¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?
Dios es el que me ciñe de poder,
Y quien hace perfecto mi camino;
 Quien hace mis pies como de ciervas,
Y me hace estar firme sobre mis alturas;
Quien adiestra mis manos para la batalla,
Para entesar con mis brazos el arco de bronce.
 Me diste asimismo el escudo de tu salvación;
Tu diestra me sustentó,
Y tu benignidad me ha engrandecido.
 Ensanchaste mis pasos debajo de mí,
Y mis pies no han resbalado...."  Salmos 18:31-36.
 

El salmista David confiaba plenamente en Jehová, y desde su niñez el vio la poderosa mano de Dios moviendo los hilos para que su vida fuese muy exitosa. Su elección y consagración fue un caso único, pues Dios dejó estableció el porqué lo había elegido: -"No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón."- 1a de Samuel 16:7. Este corazón hizo que David reconociera a Dios como la clave de su éxito personal; y le movió a respetarle como su Señor. 
Muchas personas se esfuerzan hoy en día por ser exitosos; de hecho hay muchos libros y conferencistas que hablan de ello; pero su enfoque es hacia un éxito económico, el que aunque sirve para este mundo, sólo es parcial y nunca soluciona la situación espiritual del hombre, a tal grado que al final las personas se preguntan: esta noche vendrán a pedir tu alma y lo que has guardado, de quién será.....?
No vale la pena un éxito material, si este no va acompañado de un éxito espiritual, pues si sólo lo enfocamos a dinero, entonces fallamos, pues con mucha razón dice la biblia que esto es vanidad y aflicción de espíritu....

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