"Y sólo yo, Daniel, vi aquella visión, y no la vieron
los hombres que estaban conmigo, sino que se apoderó de ellos un gran
temor, y huyeron y se escondieron. Quedé, pues, yo solo, y vi esta gran visión, y no quedó fuerza en mí,
antes mi fuerza se cambió en desfallecimiento, y no tuve vigor alguno. Pero oí el sonido de sus palabras; y al oír el sonido de sus palabras,
caí sobre mi rostro en un profundo sueño, con mi rostro en tierra.Y he aquí una mano me tocó, e hizo que me pusiese sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos.Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te
hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora. Mientras
hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando..." Daniel 10:7-11.
Así comienza Daniel una historia de una visión que tuvo en donde Dios le habló a través de un ángel. No vamos a comentar la visión y de lo que se trataba; sino que nos centraremos en el hecho de que en esa ocasión Daniel estaba acompañado por muchas personas, que según el contexto no creían en Dios, quién era El Poderoso de Israel. Algo muy similar nos pasa hoy en día a los creyentes, nosotros estamos rodeados de muchas personas; pero sólo nosotros oímos la voz de Dios; quienes nos acompañan no pueden descifrar la majestad de la comunión que tenemos con nuestro creador, de la bendición de ser sus hijos. Daniel describe que todas las personas se fueron temerosos; aunque no habían visto nada; sino que sólo sintieron la presencia del enviado de Dios. Pero Daniel no sólo vio al ángel de Jehová, sino que también le escuchó y sintió su poder y dirección. Daniel sintió flaquezas, y sintió como le abandonaban las fuerzas, pero el ángel le dio poder y valor, y así le encomienda una misión de Dios...
Los discípulos de Cristo, después de que Jesús fuese crucificado, tenían mucho miedo; pero Jesús al aparecerse les después de haber resucitado les llena de valor, de poder y del Espíritu Santo para que evangelizaran a todo el mundo conocido de su época... No hay misión a la que Dios nos mande en la que Él no nos llene de su poder..si es de Dios de seguro que Dios bendecirá tal obra.....así funcionan las cosas en la iglesia...
A veces oímos de movimientos religiosos ajenos a la iglesia de Cristo, que introducen métodos humanos de marketing para llamar a más personas a que crean en lo que ellos predican; por ejemplo, llegan a las escuelas a regalar comida, cuadernos, libros etc para que de esta manera llegar a los padres de familia y animarlos a incorporarse a la iglesia, este es un método muy popular; pero carece de apoyo bíblico...esta bien que regalemos comida, esta bien que les prediquemos a los estudiantes; pero hay que hacerlo con todas las personas, y no como un método para convertir personas, sino como un acto de benevolencia....porque cuando se regalan prebendas, comida, medicina para que las personas vengan a la iglesia, entonces las personas llegan no por servir a Cristo, sino por los panes y los peces...y esto ofende a Jesús como lo ofendió en los tiempos de su ministerio..... "Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os
digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque
comisteis el pan y os saciasteis. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida
eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste
señaló Dios el Padre..." Juan 6:26-27.
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