"Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el
monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos
de Israel: Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí. Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros
seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la
tierra.Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel. Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en
presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado.Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha
dicho, haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo......" Exodo 19: 3-8.
Cuando Dios pactó con el pueblo de Israel en la antiguedad, les dio unos mandamientos muy claros que ellos tenían que obedecer para gozar de todas las bendiciones de Él les estaba ofreciendo. El pacto era muy claro: SÍ DIERES OÍDO A MI VOZ, Y GUARDAREIS MI PACTO, VOSOTROS ME SERÉIS UN REINO DE SACERDOTES Y GENTE SANTA. Lastimosamente el pueblo de Israel pecó abiertamente contra Dios, provocandolo a celos y a ira, con los dioses de los pueblos paganos. Por eso fallaron en ser un pueblo del que Dios estuviera satisfecho, quebrantaron el pacto y desobedecieron la ley; esto trajo como consecuencia que perdieran su estatus de pueblo elegido. Juan dice de esta situación: " A los suyos vino, y los suyos no le recibieron, Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios..." Juan 1: 11-13. El día del pentecostés se abrió la oportunidad para todos los pueblos del mundo de ser un pueblo de reyes y sacerdotes para Dios, a través de la obediencia del evangelio. Dios derribó las paredes de separación entre Judíos y Gentiles, llamándolos a todos a formar parte de su iglesia comprada con la preciosa sangre de su Hijo Jesucristo. Por eso, ahora en Cristo todos tenemos una misma entrada hasta el trono de Dios, pues Cristo nos ha enlazado con el Padre Eterno mediante su sacrificio en la cruz del Calvario.....por tanto, el pueblo elegido de Dios para ahora y para la eternidad, es la Iglesia de Cristo, en donde caben todos: Judíos y Gentiles mediante la obediencia al evangelio.....
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