"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojemonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, PUESTOS LOS OJOS EN JESÚS, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de el, sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios......." Hebreos 12:1-2
El escritor del libro de los Hebreos aconseja al pueblo de Dios a correr con paciencia esta travesía hacia las mansiones celestiales, teniendo como brújula de nuestro destino glorioso a Jesucristo, porque? la respuesta es sencilla El es el autor y consumador de la fe; en otras palabras solo El puede guiarnos eficazmente, pues es El quien invento la salvación nuestra. Hoy en día muchas personas suelen justificarse diciendo que tal o cual religión falla en esto y lo otro; que las personas aun siendo religiosas fallan en esto o aquello; sin embargo, en el día del juicio eterno, TODOS compareceremos ante el tribunal glorioso de nuestro Señor Jesucristo, y allí, no podemos hablar de nuestro prójimo, de su mal testimonio o de su mala conducta; pues nosotros estaremos siendo juzgados por nuestras propias obras, no la del hermano o la hermana de al lado.
La carrera que tenemos por delante, es de victoria, es de salvación, y ya otros la han corrido exitosamente, que han hecho para salir triunfantes de esta carrera?
1. Se despojaron de todo peso de pecado. La clave para una vida abundante y saludable delante de Dios es despojarse del pecado, no se puede avanzar en una carrera, si se lleva un gran peso en la espalda; lo mismo ocurre en las cosas de Dios, quien no deja el pecado, no avanza, aun cuando tenga 30 o mas años de haberse bautizado, no basta con asistir a las reuniones de la iglesia, el reto del creyente es cambiar y liberarse del pecado mediante la sangre de Jesucristo.-
2. Hay que poner los ojos en Jesús, el debe ser nuestro referente, nuestro ejemplo, nuestra guia, y nuestro modelo a imitar, con mucha razón Pablo recomienda a los hermanos en Efeso llegar a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Efesios 4: 13-16.
3. Saber que todo tiene su precio. La salvación nuestra no es gratis: Jesucristo pago con su sangre nuestra libertad. Ser cristiano tiene un precio, ¿estamos dispuestos a pagarlo?
El escritor del libro de los Hebreos aconseja al pueblo de Dios a correr con paciencia esta travesía hacia las mansiones celestiales, teniendo como brújula de nuestro destino glorioso a Jesucristo, porque? la respuesta es sencilla El es el autor y consumador de la fe; en otras palabras solo El puede guiarnos eficazmente, pues es El quien invento la salvación nuestra. Hoy en día muchas personas suelen justificarse diciendo que tal o cual religión falla en esto y lo otro; que las personas aun siendo religiosas fallan en esto o aquello; sin embargo, en el día del juicio eterno, TODOS compareceremos ante el tribunal glorioso de nuestro Señor Jesucristo, y allí, no podemos hablar de nuestro prójimo, de su mal testimonio o de su mala conducta; pues nosotros estaremos siendo juzgados por nuestras propias obras, no la del hermano o la hermana de al lado.
La carrera que tenemos por delante, es de victoria, es de salvación, y ya otros la han corrido exitosamente, que han hecho para salir triunfantes de esta carrera?
1. Se despojaron de todo peso de pecado. La clave para una vida abundante y saludable delante de Dios es despojarse del pecado, no se puede avanzar en una carrera, si se lleva un gran peso en la espalda; lo mismo ocurre en las cosas de Dios, quien no deja el pecado, no avanza, aun cuando tenga 30 o mas años de haberse bautizado, no basta con asistir a las reuniones de la iglesia, el reto del creyente es cambiar y liberarse del pecado mediante la sangre de Jesucristo.-
2. Hay que poner los ojos en Jesús, el debe ser nuestro referente, nuestro ejemplo, nuestra guia, y nuestro modelo a imitar, con mucha razón Pablo recomienda a los hermanos en Efeso llegar a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Efesios 4: 13-16.
3. Saber que todo tiene su precio. La salvación nuestra no es gratis: Jesucristo pago con su sangre nuestra libertad. Ser cristiano tiene un precio, ¿estamos dispuestos a pagarlo?
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