"En aquel tiempo Abías hijo de Jeroboam cayó enfermo. Y dijo Jeroboam a su mujer: Levántate ahora y disfrázate, para que no
te conozcan que eres la mujer de Jeroboam, y ve a Silo; porque allá está
el profeta Ahías, el que me dijo que yo había de ser rey sobre este
pueblo. Y toma en tu mano diez panes, y tortas, y una vasija de miel, y ve a él, para que te declare lo que ha de ser de este niño. Y la mujer de Jeroboam lo hizo así; y se levantó y fue a Silo, y vino a casa de Ahías. Y ya no podía ver Ahías, porque sus ojos se habían oscurecido a causa de su vejez. Mas Jehová había dicho a Ahías: He aquí que la mujer de Jeroboam vendrá
a consultarte por su hijo, que está enfermo; así y así le responderás,
pues cuando ella viniere, vendrá disfrazada...." 1a de Reyes 14:1-5.
En este relato de la biblia podemos encontrar varias cosas importantes para nosotros hoy en día, por ejemplo:
1. No podemos ser más listos que Dios, ya que a Dios no le podemos engañar. Jeroboam quiso engañar al profeta Ahías, ya que éste profeta estaba muy viejo y casi ciego; pero tenía la aprobación de Dios y por lo tanto, fue declarada palabra profética que la mujer de Jeroboam llegaría disfrazada, y por eso el profeta al llegar la mujer le dijo todo cuanto Jehová había declarado. Jesús aconseja: lo que murmuras en los aposentos, mejor declaralo en las azoteas, porque no hay nada oculto, que no haya de manifestarse... Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre sembrare, esto también cosechará...
2. No podemos comprar el favor de Dios con regalías. La mujer de Jeroboam llegó con panes, tortas y miel; pero esto no cambió en nada la palabra dura que el profeta le tenía preparada por orden de Jehová. A Dios no le podemos comprar, ni chantajear, ni condicionar. Lo mejor es ser recto en nuestro camino, y así tener una buena relación con Dios.
3. Dios premia la sinceridad. Jeroboam no quiso enfrentarse personalmente ante el profeta Ahías, ya que su corazón no estaba de acuerdo con los planes de Dios, su conciencia lo acusaba, y no quería reconocer su estado y arrepentirse.....esto trajo consigo que tanto esfuerzo por ocultar su mal proceder fuese en vano... si hemos fallado, lo que nos queda es pedir perdón a Dios y no volver a cometer la maldad realizada.